Bueno, lo que os estaba contando ayer…

Que me vine muy arriba contando mis historias y al final me quedé a medias. Así que hoy te sigo comentando. Si no sabes de qué te estoy hablando, solo tienes que ir a la entrada anterior y disfrutar de un ratito más largo por aquí por mi web.

Pues eso, que resulta que ahora Wonderyarn (que es como se llama mi taller del amor) va a ser más bonito, más acogedor y, qué quieres que te diga, va a tener más flow. ¿Que por qué? Pues porque se viene el abu de Lucas a disfrutar de los días a mi lado. Él los pasará tocando su guitarra y haciendo que mi tejido se mueva al ritmo de su bello compás. Y yo me he propuesto disfrutar de mis tardes allí a su lado tejiendo y realizando vídeos para Youtube ;)

Os juro que tengo millones de ganas.

Muy a menudo me preguntáis que para qué es Wonderyarn. De alguna manera es un lugar para mí y para los míos. Es el espacio que sueño poder compartir entre tejidos y risas. Un espacio donde tomar un café juntxs con proyecto en mano. Un territorio donde charlar, donde diseñar, donde trabajar. Pretendo que sea mi inspiración hecha casa. El refugio en el que crear sea un acto de rebeldía. De mi propia rebeldía. Crear para disfrutar. Algo que la vida de hoy en día suele aniquilar.

¡Lo estamos cambiando todo! Paredes, suelos, techos… Adiós a la bella barrita que había en el recibidor donde tenía el rincón del café. Ahora será una zona abierta donde pondré unas largas estanterías de madera. Un espacio muy luminoso con un sofá para disfrutar de tardes relajadas de tejido. Quiero poner una alfombra, pero no sé cómo. Un rincón del café, pero más chulo. Unas plantas que pinten de color mis tardes otoñales en las que una bella cristalera enmarcará esta imagen tan hygge.

Mi idea es utilizar después una de las habitaciones como almacenaje y lugar de patronaje y costura. Pero esta vez quiero tener ese espacio dispuesto con muebles para guardar todo mi stash. No quiero volver a ponerlo en estanterías. Prefiero que esté protegido del polvo. Es verdad que la gama cromática que tenía anteriormente en mi taller, en forma de estanterías repletas de lanas, era muy bonito y en ocasiones cautivador, pero ya se me pasó esa fiebre. Ahora busco un minimalismo que le siga dando sentido a mi paz mental. Ya no disfruto del ruido físico y me gusta sentirme ligera en mis espacios de vida y de trabajo.

La segunda habitación será el estudio de música del abu. Aich, es que me enamoro más cada vez que lo pienso. De alguna manera unir dos de mis pasiones. La música y las lanas. Y que mis hijos vayan a poder nutrirse de todo esto simplemente vivenciándolo. ¡Me gusta! Me gustan todas las imágenes que asoman a mi mente. Además, por supuesto que ya le he presentado a mi suegro bellas inspiraciones para hacer que su espacio también sea muy especial. “¡Que pegue con todo lo que te gusta!”, me dice ☺

Todos estos cambios conllevan que yo ahora vaya a disfrutar de menos espacio. ¿Pues te puedes creer que no me da ni pizca de pena? Al fin y al cabo lo único que hago con más espacio es almacenar y rellenar huecos vacíos. Pienso en este cambio como en una oportunidad de estar más en familia, de sentirnos más a gusto en nuestros rincones y de disfrutar en toda su esencia de Wonderyarn. Diseñando y creando.

Lo mejor de todo es que fantaseo mucho jajaja. Fantaseo viéndome tejiendo allí y abriéndome en un futuro para compartir mis tejidos con los demás. ¡Ay, si se apreciase lo hecho a mano! ¿Tú crees que seré capaz de conseguirlo? Sueño con ver una estructura donde se alojen mis cardigans y jerséis tejidos. Sueño con que las personas puedan deleitarse con su calidad. Sueño y sueño, pero también me hago muchas preguntas.

¿Cómo ves tú nuestro sector? ¿Sientes que verdaderamente esté valorado? ¿Te gustaría conocer mi opinión? ¡Cuéntame y así me animo a seguir ahondando sobre el tema a tu lado!