Me flipa crear stories en instagram

Con lo que más disfruto realmente es con la creación de momentos y experiencias vivenciadas a través de ritmos que acaricien mis sentidos.

Una canción.

Que ronde en mi cabeza y no pueda parar de tararear, que sienta mía y que la vea a través de imágenes de tejidos u outfits con pinceladas de handmade. Hacerlo diferente, pero con un toque recurrente.

Una canción.

Que sienta fuerte desde dentro y que acompañe de forma orgánica a la imagen. Que se hagan una.

En otras ocasiones, amo ese momento de búsqueda de la melodía perfecta. Que se sintonicen, que le dé significado a lo que ven mis ojos o maximice su razón de ser, su expresión.

Realmente disfruto muchísimo haciéndolo y me maravillo cuando recibo vuestro feedback comentándome que os he descubierto a diferentes artistas o que os encantan mis creaciones. Es muy divertido y gratificante que al otrx le guste lo de unx. Es un momento que disfruto mucho en dos vertientes. Creando y recibiendo un feedback de lo que he creado.

Sin embargo, hay algo que vengo notando que me pasa desde hace meses cuando entro en instagram. Me chirría y me remueve los chacras las músicas estridentes que ahora hay en todos los reels jajaja ¿Os pasa?

¡¡No, en serio!! ¿Instagram, qué te pasa?

En la actualidad se ha convertido en un mejunje de canciones que suenan nada más abrir la plataforma. Alto, muy alto. Personas bailando y sacando cartelitos. Poniendo caras extrañas y explicándome millones de contenidos, que sinceramente, jamás podré interiorizar.

A mi parecer, la plataforma que en su día fue un paraíso de la tranquilidad y el buen gusto, se está convirtiendo en una copia de tik tok adulterada. Siento que el hacer scroll, para mí, se ha acabado. Y en ocasiones intento obligar a mi mano, porque realmente me apetece ver el bello contenido que mis compañerxs aún siguen creando. Sus nuevos proyectos, en lo que están trabajando,… Realmente echo de menos esos diarios que hacíamos de nuestros días tejeriles.

Ahora sigo viendo esos diarios, pero los disfruto en stories. De ahí que me pierda en ellos y los disfrute gustosamente. Fuera de una sección de lupa llena de cuentas que no me apetece seguir.

¡¡En serio, instagram!! ¡Te has gastado una pasta en algoritmos para conocer mis gustos y no te acercas a ellos ni una mijita.

Creo firmemente en la idea de que nuestra comunidad es un pequeño kit-kat dentro de tantísimo ruido. Y me mola ser testigo de cómo actuamos como resistencia. Nuestras preciosas canciones lentas, que comulgan con el son de una brisa veraniega o una sobremesa lluviosa. Lo seguimos molando todo.

Mientras, mi yo rebelde, sigue creando como siempre lo hizo. A través de ritmos lentos en la privacidad de stories. Una forma de ser tú y yo. De encontrarnos en MD y de “charlarnos” bonito. De contarnos la vida y hablarnos en directo.

A lo mejor es de aquí donde radica mi necesidad de traerte a este cuaderno de bitácora. A esta cueva secreta que día a día se está convirtiendo en mi oasis favorito.

¿Y a ti, también te pasa como a mí? ¿También te chirría el entrar a instagram y escuchar música fuerte de buenas a primeras?

¡¡Liziqi vuelve!! Sigue embelleciendo nuestra mirada y mostrando al mundo que una forma de crear contenido diferente es posible.